Primeros capítulos
Es la primera vez, en las once novelas que llevo escritas, que hablo en alto sobre el desarrollo de la novela en la que ando inmerso. Me refiero en alto y públicamente, porque siempre cuentas con un reducido círculo con el que comentas impresiones, preguntan por avances y casi siempre respondes con dudas, dudas y más dudas. Los hay tan cercanos que siempre quieren saber más aunque yo no sepa la respuesta y se agradece mucho.
Como he comentado en otra ocasión, para comenzar necesito una idea de partida, alguna para el desarrollo y otra para un final más o menos fotografiado. Me vale con el más o menos porque muchas veces varía con respecto a la idea inicial, lo puede hacer de tal manera que no tenga nada que ver con ella, aunque yo sí que pueda reconocer algunos puntos, tenues, eso sí, que me recuerden a mis primeras intenciones.
Pero esto es normal, al menos para mí, para mi forma de abordar una novela. Es lo que tiene dejar el desarrollo de la trama en manos de los personajes, liberándoles de ataduras de todo tipo, dejándoles que se expresen según deseen. Sobre todo permitir que te sorprendan y, llegado el caso, que alguno tome las riendas.
Es precisamente este apartado, el de dejarse llevar por la personalidad de los diferentes personajes que van saliendo y los que saldrán, el que provoca que el arranque de la novela sea más lento. Las primeras ochenta o cien páginas me sirven para conocerles, para saber de su vida, de sus inquietudes, de sus propósitos. Sí, incluso su papel en la trama. No siempre el personaje al que le atribuyo, inicialmente, el papel de "malo/a" lo es al final, puede que el desarrollo de la historia me lleve a otro, que no aparecía ni siquiera al principio, tal y como sucede en Marea libro 1 "Cuando el corazón late" y en Marea Libro 2 "No hables con extraños"
Otro factor que ralentiza el proceso inicial y que lo disfruto mucho es la documentación. A veces es de tipo histórico, como sucede en La Casa del lago Patria, y en otras dos novelas, que confío vean la luz en breve, incluso en Una Rosa Blanca Una Rosa Negra, la época en la que se desarrolla y ser un homenaje a las primeras mujeres policía que hubo en España también requiere de un mínimo de documentación o conocer una ciudad en concreto por la que pararán los personajes requiere informarse. En estas situaciones aplaudo a rabiar la existencia de internet y Google Maps.
Sin embargo, con lo que me tiene más que entretenido en esto momentos mi aprendizaje va relacionado con la mente de los asesinos en serie, sus motivaciones. Estoy leyendo sobre diferentes personajes de este tipo, buscando aquellos que se identifiquen más con mi personaje, no me interesa el asesino en sí, ni la brutalidad de la mayoría, estoy buscando uno más sutil. Como muchos de aquellos que nunca les apresarán por ser cuidadosos, es como si se tratara de un ladrón y yo buscara la vida de los que llaman, de guante blanco.
No lo he dicho un par de párrafos antes, pero creo que ya tengo título, la verdad es que suelo optar por uno o dos o tres en cuando me pongo con el prólogo. Llevo unas 60 hojas y voy conociendo a algunos de los nuevos personajes. Como dije en anterior entrada, los que habéis leído Una Rosa Blanca Una Rosa Negra os sonaran varios de ellos, pero a los que no, aunque estáis a tiempo, podeis leer esta sin problema alguno.
Esa es mi intención.
Seguiré, que si no se queda muy larga esta entrada.